martes, 7 de abril de 2009

Y acá me vez. Escapándole al fuego que sigue quemando. Esa oración, libertad, ansiedad, un amor, soledad. Y así vivir mucho mejor. Todavía siento ganas de llamarlo alguna vez; y decirle que cuando ella se fue un viento me arranco de pie. Todavía que respiro, nene cuando salgo a nadar por un mar oscuro donde todo es duro y el agua se hace cristal. Todavía que me rió del amor, del café y de dormir. Y si lo sufrí fue casualidad, un error nunca te hace mal.
Todavía que te quiero y no quiero quererte otra vez.
Pero si con vos tanto me alejé, que volé y jamás regresé.

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